sábado, 22 de marzo de 2025

Hermoso Jerusalén

 

 

Inmediatamente después que Israel levantara el bloqueo restrictivo para hacer turismo, tuve el honor y placer de viajar a Jerusalén, COVID dejó una marca indeleble en nosotros, no por el agua de cuneta que se nos inyectó, sino por la tiránica resolución de hacernos esclavos, darle el placer al anticristo, de controlar las masas.

Aterrice en Tel Aviv, cada viajero era obligado a pagar por el examen del virus chino financiado por los hombres de oscuro proceder de los Estados Unidos, inmediatamente me monte en el tren para llegar a Jerusalén, muchos soldados en las calles a pesar de la poca gente que había; no importa, veré y caminaré por donde mi Dios caminó, seré parte de Su Majestad recreando en mi mente, momentos que Él experimentó (pensaba yo).

Ahora pensando retrospectivamente pienso… ¡Tontos humanos que somos, como experimentar a Dios de esa forma! Un Rosario hecho con amor es más que suficiente para caminar con Él en Jerusalén, comer la Eucaristía en estado de gracia es abrazar Su Vida y sacrificio, así, dándonos vida a nosotros.

Seguí con mi travesía…

Los edificios y casas, en su mayoría, fueron y son construidos con el color del desierto, sus gentes caminan de un lado a otro, haciendo sus respectivas diligencias, viviendo sus vidas, sin pensar quien murió allí: El Único Hijo de Dios, quien se entregó para que todos pudiéramos ser libres, dándonos oportunidad de ser llamados hijos de Dios, cuanta Misericordia derramada en esas calles, mientras todos pisamos cada espacio de todos y cada uno de sus rincones.

NO cabe duda, Israel es uno de los dos testigos de la Misericordia de Dios (Apoc 11:3), pero ellos rechazaron a Su Hijo nuestro Señor Jesucristo, así como nosotros también le rechazamos al no obedecerlo por nuestro egoísmo. ABRAN los ojos, Dios nos dio a Jesús, nos ha dado nueva vida, pero nuestros intereses son más poderosos que el tocar de Sus hermosos Nudillos a la puerta de nuestros corazones (Apoc 3:20).

¿De qué sirve hacer miles de rosarios si no te llevas de lo que dijo Dios? “Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto, traten de entrar por la puerta angosta y perdona nuestras ofensas como también perdonamos a los que nos ofenden” (Mateo 5:48, Mateo 7:13 y Lucas 11:2-4 respectivamente) Estas hermosas palabras son mandatos y anclas de vida, palabras dichas por El mismísimo Jesús Hijo de Dios, sin embargo, muchos de nosotros nos comportamos y somos los nuevos fariseos, que no cumplimos con nuestro Señor por nuestros deseos egoístas.

¿De que vale llamar sionistas a todo un pueblo judío? Muchos católicos denuncian muchas maldades departe de fuerzas ocultas que provienen de una elite judía si, tal elite es del diablo, así como muchos de los no judíos también lo son, pero llamar sionistas a todo el pueblo judío, es un pecado de odio que lamentablemente muchos de nosotros cometimos por nuestra falta de discernimiento y por nuestro gran amor propio y desamor a Dios.

A muchos les fascinan señalar con el dedo, pero no les gustan que los señalen, yo soy un vivo ejemplo de ello, no respondo bien a las críticas, me fascina devolver los golpes, contrario a lo que hizo Jesús que nunca miro contrario a las burlas, dejo que le golpearan y escupieran, nunca devolvió un insulto con otro, mas bien al final, Él perdonó tanto a los Romanos como a los Judíos, pero aun así, hay católicos que prefirieron ser el nuevo sanedrín, ser los nuevos fariseos y denunciar sin una onza de amor todo englobando a Israel entero con el pecado de esta elite del mal.

Lo sé, es duro ver como una sección oculta del pueblo judío ha masacrado millones de cristianos por años en muchos lugares del mundo, hay 100 veces más mártires cristianos que mártires del holocausto, sin embargo eso no es cosa para uno denunciar a una nación entera, que esta sistemáticamente siendo engañada por la elite satánica, desde hace años, ninguna sinagoga judía del mundo lee Isaías 53 y el salmo 22, ambos profetizan a Jesús claramente, las palabras del rey David y el profeta Isaías fueron escritas 1000 y 500 años respectivamente, son fuente de sanación para aquellos judíos que no quieren ver, sin embargo nunca son leídas, ya que una fuerza engañadora lo mantiene así.

Pobres almas que no llegan a conocer la verdad, pobres de aquellos que la ocultan, sin embargo, no podemos parar, no debemos caer en el engaño de ser los nuevos fariseos.

Si, es bueno denunciar siempre y cuando se haga con amor, lamentablemente, la hermosa Jerusalén seguirá ciega, y más ahora que nuestro lideres “Católicos” han decretado NO evangelizar más a los judíos, al contrario, han decretado que cualquier religión puede llevar a Dios.

¡Cuánta confusión! ¡Pero confusión adrede! Y lo peor de todo es el silencio de nuestros pastores, un silencio que ensordece, silencio que a veces colude y echa almas al abismo.

Si, Jerusalén es hermosa, el muro de los lamentos es precioso, cada sitio tiene una belleza única y espiritual, a pesar del colosal rechazo a Dios en Jesucristo, pero así como el martirio no es un motivo para clamar ser “victimas” ante el mundo, sino un motivo de felicidad para los Católicos que reciben dicho honor (pues es la mejor forma de irnos a vivir para siempre a los Poderosos Brazos de Dios), Jerusalén seguirá ciega a la desinformación provista por los enemigos del alma, pero no debemos odiarles o englobarlos a todos como iluminatis o sionistas.

Más bien, perdonémosle como así Jesús lo hizo en la Cruz, no estoy pidiendo que olvidemos quienes fueron los que asesinaron a nuestro Señor, es una falsedad del mundo el “perdonar y olvidar”, eso ni siquiera El mismísimo Dios lo hace, perdonar es nunca olvidar mientras amamos, y porque amamos nunca echamos en cara los errores de los demás para hacerles sufrir satisfaciendo nuestros malvados deseos, recordemos que el verdadero amor no es mezquino.

NO podemos ser santos por nuestras propias fuerzas, nunca podremos ser mártires si se nos presenta la oportunidad, todo es un honor dado por Dios, pero por lo menos HAY que estar dispuestos con amor, siempre con amor.

Jerusalén que matas a los profetas, bella pero destructiva por tu accionar, la salvación te llegó y la mataste, pero resucitó al 3er día, y a Jesús le fue dada toda autoridad y poder… Pero eres tan terca y ciega, le diste Belén a los musulmanes, permitiste sellar con concreto la puerta de la Misericordia pensando que el Mesías la abrirá cuando aparezca, pero ya Jesús pasó por ella hace más de 2000 años y no reconociste al Dios que viene de lo Alto, preferiste tu status de elegido, tu arrogancia te hizo olvidar que hasta los elegidos se les puede expulsar del Paraíso.

El diablo y sus ángeles no se salvaron de ser echados del cielo, Adán y Eva del Paraíso, solo un momento de ceguera fue suficiente para echarles, ¿qué crees que estos dos tienen en común? Arrogancia, falta de humildad, no reconocer la Misericordia misma. ¿Cuántas veces has sido hechada de tus tierras? ¿Cuántas veces has sufrido esclavitud? A pesar de todo eso tu actitud de tener el pacto, de tener el Divino privilegio de ser la niña de los Ojos de Dios, no te ha salvado de tu necedad, has rechazado el nuevo pacto y ahora tu posición en la fila ha cambiado, de primer lugar has pasado a ser último.

Oremos y velemos hermanas y hermanos por la salvación de nuestras almas, pero también debemos saber que, a pesar de tener la alegría de abrazar el nuevo pacto, de haber experimentado la Verdad, también podemos caer en la trampa del fariseísmo, y construirnos una bella pero ciega Jerusalén con su torbellino de fuego de noche y la majestuosa nube de día, cosa que ya la Jerusalén de hoy no usan para caminar a la tierra prometida, por el contrario, solo se burlan de ella, ya que ese fuego y nube hoy por hoy están atrapados en los tabernáculos de la Iglesia Católica en la forma de la Eucaristía, la carne Santa de nuestro Señor Jesucristo.

Oremos por las almas, deseemos ser santos, deseemos ser mártires y perdonemos a los judíos sin olvidar lo que hicieron, amar hasta que duela, ya que el Amor cura la hipocresía, no hay mejor remedio que el Amor que viene de las manos de nuestro Señor.

Un abrazo en Cristo Jesús.